La presencia de Jill Abramson el pasado 12 de febrero ante más de 400 profesionales del periodismo tuvo su efecto y desató una gran oleada de optimismo y de ánimo de victoria. Si algo quedó claro después de todo, es que hay un buen futuro para el periodismo.
Como siempre, después de las causas vienen los efectos. Abramson creo un think thank sobre el periodismo y armó de argumentos una profesión que se está preparando para lo que venga. Y el efecto no pudo ser otro que una voz unánime de que sí, de que el alma mater de nuestro periodismo es lo que oxigena. Pero quisimos testimoniarlo en pequeñas conversaciones con cámara y micrófono. Quisimos oír a los periodistas de esta III Edición y a los de la segunda y la primera. A periodistas de distintas cabeceras, periodistas de agencia, de radio y TV, de revistas y medios digitales. Y en todos ellos pudimos comprobar que al final se había producido un efecto Abramson que había actuado sobre la emoción, las ganas y los nuevos impulsos para afrontar este futuro.
Y como pensar en el futuro es pensar en quienes lo van a protagonizar, también hubo palabras con sabor a consejo para los futuros periodistas, palabras con efecto Abramson: para todos ellos “mucho trabajo, valentía, coherencia y rigor y esto sin olvidarnos de lo fundamental: cabeza, criterio para saber qué es importante y qué no”.
Los habríamos entrevistado a todos pero no hace falta decir por qué no lo hicimos. A veces al tiempo le gusta jugar en nuestra contra.
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